No es secreto para nadie que nos encanta lucir manos perfectas. Se han desarrollado con el paso de los años, distintas técnicas de manicuría que buscan adaptarse a las necesidades del mercado. ¿Qué es la manicura rusa y en qué se diferencia de las otras técnicas? Hoy venimos a contarte todo acerca de lo que es, para nosotros, el proceso más meticuloso y completo.
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El Manicure Ruso, también llamado “hardware manicure”, recibe su nombre por el país donde se desarrolló hace décadas, cuando se hizo tendencia la perfección en el esmaltado entre las mujeres rusas. Se diferencia de las demás por su precisión, perfección y calidad, dejando como resultado final una uña limpia y homogénea, que da la impresión de ser más grande y que da la sensación de que nunca hubiese habido cutícula.
Una de las características más notables de este servicio es la presencia del torno o lima eléctrica y sus respectivas fresas o puntas especiales, que están diseñadas especialmente para ello y deben estar hechas, siempre, de diamante de alto rendimiento.
Dentro de este proceso minucioso, la profesional realizará en tus manos una limpieza profunda, retirando toda la cutícula y los restos de piel adheridos a la cama de la uña, que suelen ser los causantes del desprendimiento del esmalte o el gel. También limpiará y pulirá la piel circundante, dura y reseca.
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Este trabajo se caracteriza por la prolijidad con la que se aplica el esmalte.
El hecho de remover completamente la cutícula nos permite esmaltar más cerca de la piel, haciendo que el crecimiento de la uña no sea tan notorio. De esta manera, podés lograr que tu manicura dure por más tiempo.
Luego, tenés la opción de dejar tus uñas naturales o construirlas con acrílico o gel, y usar esmalte regular o semipermanente, según sea tu preferencia.
El tipo de manicura a realizarse siempre será a tu elección, y para ello deberás tomar en cuenta ciertos factores. Se necesita mucha experiencia para realizar este trabajo, por eso asiste a un centro estético especializado que
cumpla con un mínimo de normas de higiene y te garantice el laburo de manos profesionales. Trabajar la cutícula es delicado: si no se tiene la delicadeza necesaria, podemos provocar una infección o la aparición de la llamada Línea de Beau (irregularidades en las uñas). Los instrumentos, siempre de acero inoxidable, deben estar esterilizados. El torno debería ser manejado por alguien que haya estudiado la técnica, y no puede emitir vibraciones (como suele pasar con los de bajo costo), porque degenera y deforma las uñas.
Por último, debemos hidratar las cutículas a profundidad, pues podrían resecarse con este tratamiento. Todo manicurista sabe que el aceite de cutículas es su mejor aliado, pero vos podés utilizar en casa aceite de coco, o de almendras, para cuidar la salud y la belleza de tus manos.